07/08/2016
Diario de viaje por Pilar Campoy.
Entre el viaje, la llegada y la ansiedad costó dormirse el primer día, pero forzamos el sueño sabiendo que al día siguiente nos entrenábamos y teníamos que estar al ciento por ciento.
Nuestro primer día de entrenamiento y pensando en el debut, fuimos a la cancha de la universidad, pasamos por el Parque Olímpico y realmente fue increíble. Me imaginaba cosas, pero nada se compara. Hoy no lo puedo creer.
Aquel primer día, después de una práctica intensa, volvimos a la Villa, almorzamos, tuvimos descanso y tomamos unos mates en el balcón con las chicas, aprovechando el momento y el lugar.
En lo que respecta a las cenas, siempre vamos caminando, no sólo porque es lindo el recorrido, sino porque te cruzás con deportistas de otros países. Además, el clima amerita una caminata de ida y vuelta.
Día a día voy descubriendo distintas cosas y disfrutando de los pequeños momentos que te regala estar en un Juego Olímpico.
Nuestro tercer día coincidió con el de la inauguración, por lo que hicimos gimnasio y luego tuvimos descanso, también porque el sábado debutábamos ante Estados Unidos.
En lo que respecta a la ceremonia, hubo un poco de nerviosismo. Es mi primer Juego y nunca había asistido a un estadio enorme, lleno de gente, todo ambientado, millones de personas que hicieron sobre esfuerzos para todo saliera de la mejor manera. Creo que después de eso caí en dónde estaba. Entré al estadio y se me nubló todo, no entendía nada. Disfruté muchísimo de ese momento y no me lo voy a olvidar jamás. Viví algo único y sólo unos pocos tienen ese privilegio.
Pilar Campoy
@Pilu_Campoy