14/07/2015
Diario de viaje por Lucas Vila.
Como tercera experiencia en panamericanos hay cosas que me siguen sorprendiendo tanto como la primera. Te das cuenta de que llegás a unos Juegos apenas entrás a la Villa. Ahí caes en que no es un torneo igual a los otros, en los que se duerme y come en hoteles, y sólo se habla de hockey. Es muy diferente. Todos los días te cruzás con distintos atletas y tenés curiosidad por saber cómo les está yendo. Es encontrarse en el ascensor con algunos que vienen de ganar o de perder, como ayer cuando me crucé con los chicos de squash, que habían perdido.
Una vez que estás acá te concientizás de que sos una pequeña parte de un gran grupo de argentinos, que todos buscamos el objetivo de representar al país de la mejor manera e intentamos ganar una medalla.
Pero estas cosas lindas tienen su lado B. Cosas a las que hay que ir acostumbrándose de a poco, sobre todo el tema de las filas: filas para ir a comer, colas en el ascensor, en el laundry. ¡En todos lados hay que esperar! Jaja.
En lo deportivo ayer tuvimos un día muy cargado con tres turnos de entrenamientos: hockey, gimnasio y físico, ya que era muy importante estar preparados y mentalizados para arrancar de la mejor manera el torneo. Un torneo que va de menor a mayor, pero en el que no podemos relajarnos de entrada. Hoy debutamos frente a Trinidad y Tobago, un partido que al principio nos costó encontrarle el ritmo y que recién en el segundo tiempo, más tranquilos y jugando mejor, hicimos la diferencia para quedarnos con el triunfo.
Después del almuerzo tenemos descanso, con mates de por medio, hasta la tarde que volvemos a entrenar en la cancha, pensando en el cruce del jueves frente a Estados Unidos. Queremos demostrar con autoridad cómo podemos jugar al hockey y de esa manera se irán dando los resultados.
Lucas Vila
@colo12