07/12/2016
Nicolás Acosta es uno de los elegidos por el cuerpo técnico del seleccionado Sub 21 para participar del Mundial Junior de India, del 8 al 18 de diciembre. El rosarino habló de sus sensaciones de cara a la próxima competencia y de su relación con el hockey, el deporte que supo ser su cable a tierra en momentos adversos.
La sonrisa lo desborda. En la última semana de entrenamientos en el CeNARD sabía que está por vivir un momento único. El rosarino de 20 años y jugador del Jockey Club es uno de los 18 elegidos por Mariano Ronconi y Javier Braña para representar a nuestro país en el próximo Mundial Junior que se jugará en India del 8 al 18 de diciembre.
Nicolás Acosta, junto con Ladislao Gencarelli y Tomás Domene -cordobeses- son los únicos jugadores del interior que no residen en Buenos Aires y que con el correr de los meses forjaron una sólida amistad para hacer el proceso más llevadero. "Nos apoyamos mucho, somos como los tres mosqueteros: todos para uno y uno para todos", reseña Nicolás.
"Ir a jugar al Mundial es lo más lindo que te puede pasar, ahora queda disfrutarlo", asegura Nico, quien cuenta cómo fue su camino para llegar a vestir hoy la camiseta argentina. "En 2013 participé de una concentración nacional por primera vez. Fue un proceso largo, intenso, duro, pero disfruté cada segundo. Hubo momentos difíciles también, pero valieron la pena porque al final dio sus frutos. Lo haría una y mil veces más".
Sucede que Nicolás conoce lo que es pelearla, porque sabe que quien abandona no tiene premio. En 2011 le tocó jugar el partido más difícil. Con apenas 14 años le diagnosticaron sarcoma de Ewing, un tumor maligno que lo obligó a someterse a un intenso tratamiento de quimioterapia durante ocho meses para combatirlo. Su familia y sus amigos fueron su sostén durante el proceso de sanación, pero el hockey supo ser su cable a tierra, su motor para salir adelante. "El hockey es mi vida. Lo tomo como una herramienta que me sacó de uno de los peores momentos que tuve que atravesar. Siempre cuento lo mismo: Le pedía a la doctora que me acelerara la medicación para llegar a jugar al hockey el domingo. Me conformaba con ir a ver a mis amigos o hacer al menos la entrada en calor y de esa manera me olvidaba de cualquier dolor. Mis amigos del club junto con mi papá fueron mis cómplices", se sincera. Es que el mayor peligro por aquel entonces era que llevaba puesto un catéter y no podía correr el riesgo de sufrir ningún golpe. "Nunca perdí las ganas, yo soñaba con jugar al hockey, estaba enfermo del hockey".
Hoy aquella situación quedó en el pasado, aunque lleva la cicatriz que forma parte de su presente. Nicolás no se guarda nada porque juega, respira y vive el hockey. "Siempre que entro a una cancha me olvido de todos los problemas", continúa. "Si tenés un sueño tenés que seguir más allá de lo que te pase. Uno quizás tiene limitaciones, pero en momentos adversos es muy importante el rol que cumple la cabeza".
Con el foco puesto en el debut en el Mundial Junior, que se desarrollará en Lucknow (India) del 8 al 18 de este mes, el delantero argentino habló de los objetivos grupales y personales. "Nuestro objetivo es conseguir un podio. Siempre usamos la frase "no vamos a ir a pasear al mundial, vamos a competir en serio". Individualmente intentaré dar lo mejor para el equipo porque cada uno en la cancha tiene su función. Confío plenamente en el equipo que tenemos, sabemos a lo que jugamos y si cada uno hace lo que tiene que hacer, Argentina va a ser imparable", concluyó.
Prensa CAH.